LA TRANSFORMACIÓN DEL "CETÁCEO"
El Delfín Sporting Club nació hace tres décadas en un barrio de Manta, logrando hacerse un espacio en el fútbol profesional a base de esfuerzo y coraje.
Aquí la historia de un equipo que llegó a convertirse en el 'Ídolo del Puerto'.
- Deslice el mouse de izquierda a derecha para ver más -
1987
El Delfín SC nace bajo el nombre de "Club 9 de octubre", el cual toma de un barrio homónimo en la calle 110 de Tarqui, donde tenía su sede. El equipo jugó dos años en el torneo de Ascenso Manabita.
1988
El 9 de Octubre se corona campeón del torneo de Ascenso y llega, por primer vez en su historia, a la Serie B del fútbol ecuatoriano.
1989
Luego de una disputa por el club 9 de Octubre de Guayaquil, el equipo mantense pasa a llamarse Nueve de Octubre Delfín. Ese año, el equipo juega la primera mitad de la temporada en la Serie B y en la segunda clasifica a la “A”, por lo que requiere un cambio de nombre y pasa a llamarse Delfín SC.
1989 a 1995
Delfín logra mantenerse en la Serie A, pero no logró títulos ni clasificar a un torneo internacional.
1995-2006
El Delfín arranca el año 95 en la serie B y dos años después lograr volver a la A. Sin embargo, de 1998 a 2006, el club pasa varias idas y venidas entre esas dos categorías.
2007 - 2012
El Delfín desciende a Segunda Categoría y, a lo largo de 5 años, deambula en el Ascenso sin conseguir volver a la Serie B. El club vive años de crisis.
2013
El equipo logra ascender a la Serie B tras coronarse campeón en el Ascenso. Le gana la final a Liga de Portoviejo y ambos regresan al fútbol profesional del Ecuador.
2015
Delfín logra el ascenso a la Serie A tras un año de victorias, en medio de la euforia del pueblo mantense.
2017
Delfín SC realiza su mejor campaña en la Serie A, convirtiéndose en campeón de la primera etapa y finalista del torneo. Esto también le significa su clasificación a la Copa Libertadores 2018, que será su primera participación en una cita internacional.
LOS HOMBRES DE LOS GOLES
Tres futbolistas que lograron dejar huella en el equipo 'cetáceo', todo gracias a su talento, entrega y buenos goles.
César Barre y su récord goleador
Nadie ha gritado más goles con Delfín que César Barre: 57 tantos marcados entre Serie B y Ascenso, sin contar los que anotó cuando era juvenil. Con 34 años está retirado, pero sigue vinculado en el “cetáceo” como entrenador de la Sub-12 del club.
Va al estadio a menudo y sufre como un hincha más. “Soñé con ser parte de una clasificación histórica, pero igual, desde afuera, lo disfruto como hincha”, señaló.
Barre se sabe parte de la historia del club. Su nombre es un referente a gol en el “cetáceo”.
Su debut en el profesionalismo se lo dio Delfín. Fue en 2001, en el último año en que el “cetáceo” estuvo en la “A” hasta su regreso en 2016. Debutó ante Olmedo, en Riobamba, en un partido que marcó el inicio del romance entre Barre, Delfín y el gol. Barre nunca volvió a jugar con Delfín en la Serie A, pero esa es otra historia, lo que importa es que el “club vaya a jugar su primer torneo internacional”, dice.
Nunca el delantero pudo cosechar un título con el cuadro mantense. En 2015 estuvo cerca de celebrar el título de ascenso a la Serie A, pero a mitad de temporada fue sacado del club por el entrenador Fabián Bustos.
En ese año hizo su último gol en Delfín: fue en un triunfo ante Liga de Portoviejo. Ese día, Barre hizo el único tanto del partido, ante el archirrival de patio, una buena manera de despedirse de un club al que, dice, lleva en el corazón y que, aunque no lo hizo millonario, lo hizo parte de su historia.
'Maxi' Barreiro dejó su huella en la Serie A
Tuvieron que pasar 25 años para que Delfín tuviera un goleador del torneo de la Serie A en sus filas.
El año pasado, el argentino Maximiliano Barreiro quedó goleador del torneo nacional con 26 tantos con la camiseta “cetácea”.
El último en hacer algo igual había sido el uruguayo Pedro Varela, en 1991, con 24 goles, hasta que vino Barreiro y rompió el récord. El argentino fue la máxima figura en el regreso del Delfín a la “A”, después de que el club mantense hubiera estado deambulando 15 años por el Ascenso y la Serie B.
Fue un duro regreso del cuadro mantense a la serie de privilegio. En una ciudad golpeada por el terremoto del 16 de abril, el “cetáceo” tuvo que hacer de local en Guayaquil, Quevedo y Portoviejo hasta que volvió a Manta, complicado en la zona de descenso el 30 de septiembre.
Ese día, Barreiro marcó uno de los 26 goles de su temporada, en un partido que terminó 1-1 con Aucas. Ser goleador del torneo nacional hizo que el Necaxa mexicano lo fichara y desde allá ha seguido la campaña de un equipo que siente suyo.
“Lo sigo a Delfín. Después del año que me tocó vivir allá, complicado con el descenso y el terremoto, que hacíamos de local en cualquier cancha, ver esta realidad de Delfín me pone muy contento”, señaló el argentino, quien también se sabe parte de la historia del club. “Es lindo quedar en la historia de un club por ser el goleador”, resumió.
Gavica, el histórico del
Delfín SC
José “Pepín” Gavica es un agradecido con Delfín. “Mi paso por allí reafirmó mi carrera”, dijo.
El mediocampista es el goleador histórico del equipo “cetáceo” con 28 tantos, a pesar de no haber sido un delantero neto. Pero eso sí, era un jugador con mucha llegada al área rival.
Militó en Delfín entre 1998 y 2001. Llegó proveniente de Everton de Viña del Mar, equipo chileno, y se convirtió en ídolo del equipo.
Antes ya había conseguido tres torneos nacionales con Barcelona, equipo del que confiesa es hincha. Pero en Manta encontró un nuevo aire, un espacio en que pudo volver a brillar.
“Me fue tan bien que otros equipos se fijaron en mí”, contó Gavica.
En 2002 pasó a El Nacional y luego volvió a Barcelona.
“Yo soy barcelonista, pero siempre, en los equipos que uno juegan dejan una seña. Por eso me alegro por Delfín, tengo muchos amigos en Manta”, señaló “Pepín”, quien actualmente es profesor en los cursos que da la Ecuatoriana de Fútbol para los futuros técnicos del país.
Leyenda entre leyendas del fútbol nacional, Gavica no ha podido olvidar su paso por el “cetáceo”, equipo en el que no pudo lograr un campeonato, pero en el que pudo demostrar que en sus pies aún había mucho fútbol por dar.